El Pingüino
Pasó una quincena tenue, con notas amargas y otras brillantes. El peso del encierro, la rutina obligada, el stress constante respecto de la situación sanitaria y el bombardeo incesante de noticias de un país resquebrajado, agotaron mi ánimo. En lo estrictamente musical, el entusiasmo de estar en una zona de descubrimiento, me mantiene motivado y alerta, con una permanente curiosidad que sacio inventando ejercicios a diario. Éstos, muy notoriamente, han tendido a la sustracción. Complejos ejercicios han estado perdiendo notas en busca de un patrón rítmico irreductible. También en lo melódico, busco que la síntesis se aproxime a 0. El horizonte armónico del jazz se presta fácilmente para fundirse con otros paisajes. Estoy creando en base a arpegios o series melódicas de alguna escala dada e incorporándolos al ritmo de 6/8, en específico al patrón de la cueca/tonada y sus variantes. Bueno, todo esto, tan dfícil de llevar a las palabras, es natural y obvio cuando practico. Pas